El culebron
Criatura en forma de culebra o serpiente de cabeza grande que mide aproximadamente de 5 a 10 metros de largo.
Se cuenta la leyenda que este ser era utilizado para la riqueza se quien lo posea, su dueño debe alimentarlo con leche de vaca (se debe tener solo una vaca para el culebron), uno de los alimentos es la sangre, por eso su dueño debe matar una vez al año un animal para el, y dejarlo en un lugar donde el culebron y el sabe.
El culebron se alimenta de la siguiente forma: se ata a la vaca de la cola donde el culebron toma leche de la ubre para luego se esconde entre los pastizales de un sitio erizazo o bosques de difícil acceso.
Si se llegara a morir el culebron por culpa de su dueño o por cualquier razón, este perderá todas sus riquezas.
Hay muchas leyendas relacionadas con los culebrones como la de tren-tren y kaikailu esta leyenda es contadas por los antiguos Lafkenche del poblado de puerto Domínguez comuna de Saavedra novena región de la Araucanía.
La leyenda cuenta que tren-tren culebra de tierra y kaikailu culebra de mar convivían en paz asta que kaikailu inundo la tierra y tren-tren hizo subir a los habitantes a su cerro para salvarlos y un antiguo machi le decía tren-tren sube así cada vez que el agua subía tren-tren también lo asía tren-tren los humanos que fueron atrapados por la aguas fueron convertidos en peces y moluscos de la zona.
EL PIUCHEN
El Piuchén o Peuchén, posee una forma casi indefinida. Generalmente tiene el aspecto de una culebra voladora, que emite agudos silbidos. Pero además su cambiante apariencia tiene algo de humano, serpiente, ave, pez, cuadrúpedo, rana y hasta de murciélago. Su metamorfo cuerpo está cubierto de pasto, arbustos y cilindros retorcidos, a modo de ganchosos cuernos, y produce una sustancia tan irritante que al ser transmitida por el aire o por el agua ocasiona erupciones en la piel muy similares a la sarna.
Tiene una longevidad increíble y una fuerza tan poderosa que puede derribar grandes árboles y levantar gigantescas olas enormes que hacen naufragar embarcaciones.
Acostumbra vivir en lagos y ríos, donde su presencia ocasiona gran pánico, pues sabido es, que aquellos que tienen la desfortuna de contemplarlo, muy pronto morirán. En otras ocasiones petrifica a sus víctimas con su intensa mirada, para luego succionarles la sangre.
La siniestra presencia del Piuchén sólo se puede combatir mediante la intervención de alguna poderosa y experimentada machi que conozca la ceremonia mágica para ahuyentarlo.
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